Una pequeña fisura dental puede desembocar en la pérdida de nuestro diente. Debemos actuar y tratar la grieta para que el problema no termine en la peor de las situaciones. El origen de la fisura puede ser muy diverso, desde masticar algo demasiado duro hasta rechinar los dientes cuando dormimos. Incluso el propio envejecimiento del cuerpo puede propiciar una grieta. En algunas ocasiones, la fisura dental puede pasar desapercibida, pero en otros casos provoca mucho dolor. En Perio&Implant venimos a darte algunos consejos para tratar esta molestia.

¿Qué es realmente una fisura dental?

La fisura dental es una de las principales causas de pérdida de dientes. No te alarmes todavía, existen tratamientos que te permiten vivir con esa grieta sin dolor. En el mundo de la salud dental, llamamos fisura dental a una grieta sin desprendimiento en la estructura dentaria. Como hemos comentado, a veces pasa desapercibida y solo un profesional puede llegar a verla en cualquier revisión ordinaria. En otros casos, la sensibilidad y las infecciones son las que hacen acto de presencia para avisarnos de que algo va mal.

El trastorno del síndrome del diente fisurado es una patología caracterizada por la aparición de dolor a la hora de masticar. Si la grieta es pequeña y el paciente no tiene antecedentes, resulta complicado detectarla para poder hacer un diagnóstico. Este problema, como norma general, suele presentarse en personas mayores de 30 años, con especial incremento en los mayores de 50. Por supuesto, los más jóvenes también pueden sufrir una fisura dental, nadie está libre de tener un percance.

Tipos de fisura y tratamientos

En función de los tejidos involucrados y de la magnitud del problema, encontramos dos tipos de fisuras. Por un lado tendríamos la superficial. Solo afecta al esmalte, no produce dolor ni molestias. Es preferible sellarlas para prevenir la filtración de bacterias. Por otra parte tenemos la fisura profunda. Se extiende más allá del esmalte y el dolor ya está presente. Según la profundidad de la grieta, será necesario un tratamiento u otro.

Antes de decidir cuál será el tratamiento adecuado para el paciente, se tienen en cuenta una amplia variedad de factores: lugar, tamaño, tejidos involucrados, síntomas asociados del paciente… Con todos estos datos recopilados, se recurrirá a alguno de los siguientes tratamientos:

  • Pulido
  • Sellado
  • Empastes
  • Coronas
  • Endodoncias
  • Extracción

Prevención de fisuras dentales

La extracción será siempre la última de las opciones y solo se efectuaría si la fisura fuera muy extensa o compromete otras estructuras vecinas. Aunque no estamos libres de sufrir un accidente, podemos prevenir las fisuras dentales con unos buenos hábitos bucodentales. Lavarnos los dientes tres veces al día y usar hilo dental son dos formas muy buenas de cuidar nuestros dientes. Si puedes, no está de más visitar a tu dentista al menos una vez al año (lo recomendable son dos revisiones anuales). Evita masticar alimentos demasiado duros y utiliza protector bucal si prácticas deportes de riesgo. ¡Un poco de cuidado y podremos disfrutar siempre al máximo de todo lo que hacemos!